Desde la Agencia Tributaria se ha lanzado una propuesta para recuperar la figura del “Confidente Pagado”, una medida que estuvo vigente en España desde 1964 hasta enero de 1987. Es un canal ya explorado con éxito en otros países, como EE.UU., Francia, Reino Unido o incluso Alemania.
Desde Hacienda se les pide a los denunciantes que se chiven por escrito, dando su propio nombre y aportando la documentación relevante que justifique el fraude. Por ello se ha colgado de la web de la AEAT un formulario electrónico, que puede ser impreso y presentado en el registro de cualquier oficina pública, enviado por correo ordinario o por vía electrónica a través de Internet. Sin embargo, lo más habitual son las denuncias anónimas en las cuales se suele aportar documentación.
El perfil del denunciante es muy variado. Desde trabajadores despedidos y despechados hasta expertos informáticos que detectan estas prácticas fruto de su trabajo, o inquilinos de inmuebles que saben que sus caseros no declaran las rentas. También aparecen como denunciantes más habituales antiguos socios que acabaron enfrentados, parejas rotas y hasta familiares o supuestos amigos del defraudador.